Vainica doble

Ahora que se está recordando a Vainica Doble, no está de más repasar algunos de sus muchos méritos.

Uno, sus sutiles denuncias. Por ejemplo, en «Que no» (de «Contracorriente») sobre la educación y crianza de los niños:

No se entrega a un niño al buitre,
ni se fosiliza ante el pupitre.
No, no,
al chacal, al buitre y al depredador

También: educación sexista y homofobia familiar («el rey de la casa»), deshumanización y obsolescencia («la máquina infernal»), esnobismo cultural («el museo»)…

Otro, su eclecticismo lírico: canciones sobre relaciones de pareja asimétricas (» coplas del iconoclasta enamorado»), vacaciones, mercado y familia («ay, quien fuera a Hawai»), el milagro de la vida («chiribitas de limón «), la vida de ultratumba («un metro cuadrado»), ironía del Diablo y el mal («pobrecito Satanás»), » refranes», la preocupación por los hijos («nana a una estrella recién nacida»)…

También, sus arreglos sin prejuicios: » Darío el gigante», «Roberto querido», » chaparrón de abril «… Las atmósferas: «el ruido», «respeto y obediencia»… Las cadencias atípicas: «alas de algodón».

Y muchas con veces, todo lo anterior junto. En fin, su legado sigue siendo altamente recomendable.

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